Promovida por el Clúster de la Pizarra de Galicia, con el apoyo de la diputación de Ourense, se pudo ver la exposición en la sede de Afundación en Vigo hasta el 27 de enero y continuará itinerante por el resto de la geografía gallega
Juan Rodríguez, fotógrafo coruñés nos presenta en esta ocasión una muestra de fotografías que busca acercar al público en general al desconocido mundo de la pizarra.
Muchos asocian la pizarra, a la tiza y al colegio. O a las cubiertas y fachadas, pero la pizarra es mucho más que eso. Necesitamos conocer su magnitud, su dureza y su importancia, no en vano la extracción y venta de pizarra es uno de los motores económicos de Galicia y es la actividad principal en la comarca de Valdeorras, con el permiso del excelente godello.
Las canteras normalmente están situadas en lugares bellísimos, alejados de las urbes, en plena naturaleza. Encontrarlas en medio de los parajes verdes de Galicia resulta un contrapunto chocante, puesto que las canteras asolan esos paisajes, dándoles aspectos lunares, habitados solo por inmensas máquinas que devoran la montaña y hombres que van y vienen.
Las más desconocidas probablemente sean las canteras en túnel, bajo tierra, amplias y oscuras. Impresionantes, majestuosas, hermosísimas según la luz que refleje en sus paredes. Solo por las fotografías de este tipo de canteras ya merece la pena la exposición. Son como las naves de inmensas catedrales en el interior de la tierra.
Existen canteras al aire libre, cortes rectilíneos en la montaña, que dejan al descubierto colores llamativos, vistosos, que dan a las paredes aspecto de tartas. A través de unas impecables fotografías descubrimos muros de tamaños descomunales, paredes de roca de cientos de metros, cortadas bloque a bloque con hilo diamantado.
Bloques, que pese a su tamaño, no esconden la naturaleza delicada de la pizarra, que es una piedra quebradiza en la que son necesarias las hábiles manos de los canteros para ir reduciendo los bloques, moldeándolos a su antojo, hasta tamaños tan pequeños como un plato de postre.
Un trabajo duro, en condiciones de lluvia, de nieve, de calor. Un trabajo que llega a rozar lo artesanal y que desde mi punto de vista no queda convenientemente reflejado en esta exposición. Sin duda la intención del artista es otra, pues Juan Rodriguez nos transmite con sus fotografías inmensidades, texturas, transiciones en el color y en el paisaje. La pizarra que todos asumimos oscura nos sorprende con un colorido rango de tonalidades cambiantes según la climatología o la veta de donde proviene. En sus fotos vemos la evolución de la cantera, los cortes en la montaña y el vacío que resulta después. Sus fotos son naturaleza, las entrañas de la tierra al descubierto.
Una exposición indispensable para conocer un arte de nuestra tierra. Indispensable por la calidad de sus fotografías. Indispensable para ser conscientes de la relación que el hombre tiene con el planeta y el impacto que tiene sobre él.
(España/Galicia/Vigo) Mi vida laboral siempre ha girado en torno a la banca, a las finanzas y a las ventas. Cuando me saco el traje y la corbata, soy escritor. Ese es mi verdadero yo. El que crea historias.
Soy un lector incansable, amante de la buena música, del teatro y del cine. Me encanta la gastronomía y entre párrafo y párrafo cocino para relajarme.
Me gusta Asia, por su cultura, sus gentes y sus gestos. Me gustan los países sajones, por su idiosincrasia. Me gustan los nórdicos, por su sencillez y pragmatismo. Me gusta el Mediterráneo, por su luz y su calidez. Me impresiona África, por su aridez y su salvajismo.
Quiero enfrentarme a la vida desde un punto de vista diferente, más personal, más íntimo, por eso estoy aquí. Mis redes www.instagram.com/marcosoroleiro/ y contacto: marcosoroleiro(arroba)culturapress.es