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Cine: ‘Chicas malas’, el remake musical que merece la pena ver, por Unai Sanabria


“¡Esto es tan fetch!” 

No es la primera vez que un clásico moderno trata de actualizarse con una nueva versión de su película original, sin embargo, estamos ante una de las pocas que consiguen estar a la altura de su predecesora. Ésta nueva ‘Chicas malas’ en formato musical nace de su adaptación al musical de Broadway con el mismo nombre, que a su vez, nace de la propia película de 2004 y es un absoluto regalo. 

De todos es sabido que el fanatismo por los musicales ha decaído profundamente, es más, en un inicio el filme estaba preparado para lanzarse en plataformas de streaming al igual que otras como ‘Matilda: el musical’. No obstante, Tina Fey se lanza al vacío con una efectiva propuesta a pesar de camuflar su formato principal; y le ha salido bien. Y es que éste musical sin complejos se presenta fresco, actual, divertido y con la esencia de sus personajes originales tan característicos. El guión que ya conocíamos funciona a la perfección y con un timing inmejorable. Y aunque se echan en falta alguna que otra referencia, las nuevas aportaciones beben de éste generando un dinamismo indispensable. 

La banda sonora de la película es simplemente sublime. Todas las canciones están perfectamente integradas en el formato de la gran pantalla con una cohesión, luz y sentido único que no solo entretiene, si no que también contribuye a dar personalidad a los personajes de la película actual dándoles una voz propia sin estropear la que ya conocíamos. Y en cuanto a las interpretaciones están fabulosamente fabulosas. Renée Rapp (Regina George) es una estrella, pero los MVP son Auli’i Cravalho (Janis) y Jaquel Spivey (Damian) quienes nos acompañan en ésta historia-moraleja desde el comienzo tratándonos como los nuevos integrantes de North Shore. Aunque es imposible dejar en el olvido a Avantika (Karen) quien roba el foco de cualquier escena en la que ella aparezca. 

Reconozco que temía que ésta nueva adaptación se convirtiera en una simple, vaga y vacía historia donde no tuviera espacio la maldad pero la actuación de Renée Rapp, quien muy a mi pesar no podrá superar a Rachel McAdams, es directa y refleja a la bully tradicional y contemporánea que se nos intenta vender. Es posible que ésta cinta no se convierta en la misma historia inmortal que conocíamos para las nuevas generaciones que no conocieron a su predecesora. Y es que éste no deja de ser un tributo devoto a su historia madre pero en formato musical, y al contrario de su campaña de publicidad, no se avergüenza de ello.

En definitiva, ‘Chicas malas’ es una fiesta a la que todos estamos invitados con puntazos, sorpresas nostálgicas que a más de uno le harán saltar de la butaca y que está perfectamente actualizada. Que no permite ser otra cosa que lo que ya sabemos que será con más bromas, color y exageración queer para seguir manteniéndonos postrados a sus pies.