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Cine: ‘La sociedad de la nieve’, el emotivo pero innecesario drama de J.A. Bayona, por Unai Sanabria


“(…) Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí estuvo durante 40 días y 40 noches siendo puesto a prueba por Satanás. Si eres hijo de Dios, haz que esas piedras se conviertan en pan.” (Mateo 4:1-25)

Así nos presentan, en una escena breve pero indispensable, la capacidad de J.A. Bayona para advertirnos de lo que está por venir. A lo largo de todo el metraje nos adentramos en el corazón de cada individuo perteneciente a esta catástrofe del equipo Uruguayo que quedó aislado en medio de los Andes en 1972. En su afán por recrear dicha experiencia a través de los ojos de Numa (Enzo Vogrincic), Bayona no sólo consigue presentar la crudeza y el morbo de uno de los momentos más complicados que tuvieron que vivir los supervivientes, si no la poca piedad y el espectáculo visual que hace de esta pieza una obra impecable. 

Durante semanas, el cineasta ha publicado en redes la gran “muestra de responsabilidad y compromiso hacia su trabajo, sus personajes y la historia que estábamos contando” haciendo alusión tanto al trabajo interpretativo, como al técnico. Y es que dicho tándem es el que ha convertido ésta cinta en una película honorable y respetuosa para los supervivientes. Esto se debe a la innegable filia por el sufrimiento humano característico en el director pues vuelve a estar presente en esta película dotándola de corazón, sufrimiento, dolor y tensión. Una crítica a la fe en pos de un humanismo que no existe sin sufrimiento

Sin embargo, a pesar de la apabullante majestuosidad del filme, éste termina por ser una obra de 145 minutos algo tediosa y predecible. Empezando por la magnífica recreación de la angustiosa y gráfica escena del trágico accidente acompañada de un espacio sonoro brillante y muy similar en detalles a la de ‘¡Viven!’ (1995). La gran atención minuciosa al detalle, los primeros planos de los personajes llenos de lágrimas o los rostros anoréxicos de los intérpretes se prestan a una sola premisa: si no lloras, no vale. El director nos adentra en todo esto que menciono anteriormente con maestría y esmero por su hambre de Óscar, motivando a aferrarnos a los supervivientes y a sus vivencias intentando olvidar lo que hizo famoso a éste suceso. Pero no es suficiente. 

‘La sociedad de la nieve’ no es más que un docudrama de lujo dónde encantará a quién no haya disfrutado de su predecesora y resentirá a quién vea que no es nada nuevo. 

La fama de manipulación emocional de Bayona tuvo su catarsis en ‘Un monstruo viene a verme’ y aunque se aseguraba que ésta película no padecería del mismo sentimentalismo obligado, esa última escena musical con una voz en off hace pensar lo contrario. Se agradece la solemnidad y consideración hacia los supervivientes y los afectados, pero su nueva película no logra replantear un dilema moral como puede llegar a hacerlo la versión más bárbara y femenina que brinda ‘Yellowjackets’.