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Nico B. traspasa fronteras musicales con su nuevo “Bitch I’m Skinny”


Un tema en continua transformación de principio a fin que mantiene enganchado al oyente desde las primeras notas

NICO B. es una rara avis en su circuito. Como productor, toca todos los palos del pop contemporáneo y se mantiene a la cabeza de la vanguardia. Como artista, no tiene nada que envidiarle a Ralphie Choo o Rosalía.

BITCH IM SKINNY‘ es una montaña rusa de texturas, una espiral ultraestimulante que traspasa las fronteras de toda categoría musical moderna. Con su último single (el segundo de su nuevo trabajo), brinda al oyente la comodidad precisa para pegar un salto repentino cuando el oído se acostumbra. “Cucú, cucú” repite un mantra paneado en el ecuador de la grabación: ¿estás ahí? El productor te incita a estar despierto en la época de la escucha automática.

La primera parte del tema está dominada por una voz nebulosa y velada que en ocasiones se confunde con el ruido de un motor en marcha. Sin embargo, ese tumulto pseudo-urbano, acompañado de un bombo anárquico, contrasta con la entrada de unos pianos cristalinos de lo-fi jazz que a su vez dan pie a un clímax revuelto de jungle, techno y dubstep.

“Todo me queda finísimo” afirma Nico en el apartado más cantable, y es que es necesaria mucha maestría para hilar tantas referencias en dos minutos y medio de desarrollo. En ese sándwich de caos ordenado colaboran Edu Hernández, Juan Figols (Fresquito y Mango) y G.lesson como productores (el primero también como letrista, y el último como mixer). Pero que tanto nombre no os engañe: estamos ante una de las mentes más inquietas de su generación.

Nico Bonet es oriundo de Zaragoza, pero se mudó a Reino Unido con tan solo diez años. Allí conoció el pop, el funk y el hip hop gracias a la MTV y los vídeos de skateboard en YouTube. Con esa curiosidad innata desde pequeño, hubo que esperar hasta 2020 para que lanzase “Buying Dreams”, un debut de pop elegante y R&B con influencias de Kaytranada o Frank Ocean.

Su primer EP, “Garden“, fue publicado en 2022. Producido junto a Cosme Pelotillo y G.lesson, se trataba de un trabajo vanguardista en el que el maño impulsaba una renovación en el pop contemporáneo. Canciones como ‘Nenúfares‘ o ‘En las puertas del cielo‘ se inspiran en los paisajes de Monet y se asimilan a un Ravel que hubiera nacido con una caja de ritmos debajo del brazo.

La promesa de su talento se vislumbra en cada lanzamiento: es versátil como Mura Masa, descarado como Vulfpeck, elegante como Polo&Pan y fresco como yaeji. Este año se prepara para el lanzamiento de su primer LP, del que ya conocemos varios adelantos.