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Teatro Madrid: Sucré, zuccherato, sweetened, azucarado, gezuckert, ¿violencia sola o con leche?, por Pelayo Muñiz


Los pasados 4 y 5 de mayo pudo verse en el Ciclo de Cerca del Espacio Mínimo de la Cuarta Pared esta propuesta escénica de la mano de Pablo Velasco y Save the F***ing Rabits.

En la presentación de la propuesta nos dicen por dónde van los tiros al afirmar que: “Nos hemos acostumbrado a tanta violencia que ya ni nos inmutamos. “Sucré…” toma esta premisa como punto de partida para profundizar en el concepto de la violencia silenciosa”.

Importante destacar el significado de “violencia silenciosa”, que según San Google es “aquella en la que quien agrede se sale con la suya, precisamente porque es difícil detectarla o comprobarla, porque agreden sin agredir, violentan, pero no hay evidencias. Esta actitud es muy nociva y se da en cualquier tipo de relación, amistades, familiares, de pareja, con amigos…”

El tema de la violencia está presente desde el primer momento. Tanto es así, que uno de los primeros sobretítulos que aparecen a lo largo del montaje se nos advierte que la propuesta incluye imágenes violentas y que está permitido salir de la sala por ese motivo.

Y llegamos así a uno de los aciertos del montaje: la sala. Primera vez que estoy en el Espacio Mínimo de la Cuarta Pared y la verdad que ha sido toda una experiencia. Apenas 15 sillas plegables ante un “escenario” en el que la inevitable proximidad física obliga a prácticamente estar “dentro” de la obra. 

Más allá de mi capacidad (o no) para seguir el hilo argumental de “SUCRÉ, ZUCCHERATO, SWEETENED, AZUCARADO, GEZUCKERT”, destacaría 3 elementos que sobresalen en la propuesta:

Espacio sonoro: envolvente, generando un suspense constante y cierto desasosiego en momentos concretos que te hacían revolverte en la silla, porque todo tenía un aire un poco entre pesadilla, peli de terror y “true crime” en directo, lo que a ratos generaba (al menos en mí) un poquito de mal rollo. 

Puesta en escena: gracias a un uso creativo y muy pensado de los escasos recursos del espacio la propuesta tuvo una increíble personalidad propia. La sala cubierta de plástico. Los neones. La cortina de plástico que dividía el escenario en un “delante/detrás” (la imagen de lo que estaba al otro lado se distorsionaba además por el propio material) lo que añadía extrañeza a las situaciones en las que se usaba.

Creación de imágenes: 2 se me quedaron grabadas por lo estético y poderoso del momento. La primera, el baile de la madre al otro lado de la cortina iluminada por un neón verde. La otra, la de él quitándose el uniforme, lo que dejaba escapar vaho de su cuerpo, quedando desnudo de espaldas con un capirote en la cara contra una luz amarilla, casi como un sol de interiores. 

En resumen: “SUCRÉ, ZUCCHERATO, SWEETENED, AZUCARADO, GEZUCKERT” es una propuesta visualmente poderosa y con cierto afán de “incomodar” que lo logra por completo. Al menos a mí.