Saltar al contenido

Ángela Chica, actriz: “El amor es la única vía”


Angela Chica es actriz andaluza, graduada en Interpretación Musical y Danza Española. Aparece en series como “La Valla” y “Follow San Francisco”, próximamente en “La Caza Guadiana” de TVE y en las naves del Teatro Español con “UZ, EL PUEBLO”, dirigida por Natalia Menéndez

¿Cómo te definirías como actriz?  

Creo que soy currante, friki y folclórica. Y amo lo lúdico del oficio, cada  vez más.  

¿Qué valor puedes aportar como actriz a un proyecto? 

Puedo aportar sobre todo amor y compromiso, y luego intento ser  versátil y “tirarme a la piscina”. 

¿Por qué decidiste ser actriz? 

La primera vez que lo dije creo que tenía ocho años, luego la vida dio  muchas vueltas… 

Y ahora que por suerte me dedico a ello me he dado cuenta de que  me ha enseñado una forma de vivir y de entender el mundo, me hace  sentir que he encontrado un sitio en el que me siento cómoda. Me gusta  aprender de la vida a partir de los personajes que interpreto y de la  gente que conozco en este camino. Y ya no sé el motivo de ese impulso  de pequeña pero sí se que me gustaría quedarme.  

¿Gracias a todos los personajes que has interpretado has aprendido  mucho de la vida que no hubieras aprendido si no fueras actriz?  

Creo que sí, creo que es una profesión que te sorprende y te transforma,  por eso quiero seguir, para seguir aprendiendo.  

¿De los personajes que has hecho cuál sería tu favorito? 

No puedo elegir uno porque me enamoro un poco de todos. Es bonito  no someterlos a ningún tipo de juicio porque cuentan historias de la  vida, que está llena de todo y que está por encima de ellos y de  nosotros, cada vez lo tengo más presente esto.  

También he tenido la suerte de hacer proyectos que me han divertido y  me comprometen, eso es muy importante.  

Mirona por ejemplo, que es un monólogo que llevo haciendo unos años,  me ha ido enseñando cosas diferentes en cada etapa. Es una persona  que busca su lugar en el mundo, como lo estoy haciendo yo, y cómo lo  hacemos todos al final. Pero en esta última experiencia me he abrazado  más a la importancia no sólo de su misantropía si no de su enfermedad  mental, siendo ese sitio y no otro desde donde defiende sus principios y  sigue queriendo crecer y sigue queriendo encontrar su camino sin dejar  de luchar. Eso lo cambia todo y creo que es algo que cada vez  tenemos que tener más presente como sociedad, el mundo de las  personas que están en esa situación.  

¿Todos los personajes que haces tienen mucho o poco de ti o depende  del proyecto? 

Intento que tengan todo lo que les pueda aportar. Porque, cuando  empecé a trabajar mi maestra de interpretación, Natalia Mateo, me di  cuenta de lo importante que era la deconstrucción, más que la  construcción. Entonces, desde ahí, coger todo lo que tú tengas para  aportarlo al personaje.  

Me parece muy interesante. Primero tienen todo lo que puedas dar de ti  y luego lo que te queda por descubrir con ellos. También hay partes de  ti que no sabes que existen y de repente a través de un personaje salen  a la luz. Eso es fascinante.  

¿Cuándo te dan un personaje, desde dónde lo abordas como punto de  partida? 

Pues yo creo que la intuición tiene que estar muy presente aunque  estudies y aprendas cosas nuevas porque es más genuino.  

Hay algo que, siempre que te dan un personaje, sale a la luz de manera  innata. Eso me gusta tenerlo muy latente y empezar a trabajar desde  ahí.  

Después intento coger todo lo que yo pueda aportarle y luego, según el  tipo de trabajo que sea, ir a la parte creativa y buscar fuera, buscar  referentes. Cada vez le doy más importancia a la imaginación y a la  creación e intento meter más imágenes dentro de los personajes.  

¿Y en qué te ayuda a meter imágenes? 

Creo que es súper importante para las transiciones y para crear mundos  y atmósferas, espacios. Cuando te enfrentas a un personaje, más que  construir una vida real es como construir muchos momentos, que tienes  en tu imaginario o que inventas, que forman parte de ti o que los estás  creando. Pienso que cuantos más momentos tengas, más anclaje tiene  y más completo está el personaje, más rico, con más personalidad. 

¿Te refieres a mementos importantes tipo hitos o cualquier memento  cotidiano valdría? 

Vale cualquier momento que a ti te sirva para contar la historia. Porque  a lo mejor el personaje, en un momento concreto está pensando en un  amanecer por ejemplo o en lo que sea porque es lo importante para la  narrativa. También usar los hitos para otros momentos determinados,  que pueden ser propios o imaginados pero sostienen y son anclajes.  Vale cualquier momento que ayude a contar la historia, así trabajo yo.  

¿Y esto es algo que se hace habitualmente o es tu método? 

Esto es algo lo que yo estoy pensando mucho últimamente, pero creo  que sí que se hace, el maestro Fernando Piernas le da mucha  importancia en sus cursos. Aunque cada uno tiene su método propio. 

Yo disfruto mucho de la creación con el director y los compañeros y de  juntar mundos y puntos de vista diferentes que parten del imaginario  que ya ha escrito otra persona. Es como que los “límites”, trazos, que  dibuja cada uno, abren compuertas para los demás. Eso me apasiona. 

Cada uno tiene que encontrar su método, o un método lleno de  métodos. Pero sí, es algo importante en lo que pienso, porque cuando  me da miedo algo o cuando algo me supone un reto, la única manera  que tengo de enfrentarme a eso es trabajar con todo lo que sepa.  

¿Qué tipo de proyectos te dan o te han dado miedo? 

Sobre todo, cuando me he enfrentado a cosas nuevas o proyectos más  exigentes. Siempre piensas que no quieres “liarla parda”. Y cuando  pienso eso lo único que digo es: “tú haz todo lo que tú puedas y todo lo  que está en tu mano y ya está” porque si no tendrías que reencarnarte  en otra persona para acertar… (risas). Y de momento ha sido guay así.  

¿Qué es lo más importante para ti de la profesión de actriz? 

Yo creo que lo más importante del oficio y de vida, es intentar entender  mejor a la gente y comunicar con lo que tengas. Creo que en esta y en  cualquier profesión artística, intentar encontrar tu propio camino y lo  que puedes aportar. A veces hay etapas complejos porque no nos  acompaña una estructura ni una estabilidad. Por eso creo que cuando  uno elige llevar a cabo un camino artístico, el compromiso más  importante es jugar con lo que sí está en tu mano. 

Es lógico y normal caer en la demanda, porque al final dependemos de  terceros siempre y eso a veces es complicado. Pero es verdad que creo  que tenemos que ser muy conscientes en cada momento en el que  estamos, de preguntarnos ¿qué puedo yo aportar ahora?, ¿desde  dónde puedo seguir creciendo?, ¿cuál es el siguiente paso que puedo  dar? Por ejemplo, podría aprender a cantar o podría investigar con tal o  cual maestro…  

Creo que siempre, estés donde estés, hay un pequeño paso que se  puede dar para seguir creciendo y luego ya lo que pase fuera no está  en tu mano. 

¿Amor al oficio, ¿no? 

Sí, pienso que es la única vía. Es lo que te da el impulso desde donde  vas abriendo posibilidades porque como te quedes quieto, te quedas  encerrado en un sitio muy pequeño. Y al final es que, aunque tengas  miedo, aunque tengas dudas de cuál es el siguiente pasito que puedes  dar para seguir, es mejor intentarlo.  

Y creo que ayuda ir conociéndose porque a lo mejor tú tienes en la  cabeza el tipo de actor que eres o el tipo de artista que eres y la vida te  va dando información de otros posibles caminos. Por ejemplo, si tienes  más facilidad para un género u otro, o para un tipo de personajes u  otros, por energía o por físico.  

Siempre hay un camino para todo el mundo y es muy importante  intentar descubrir cuál es el tuyo, reflexionar sobre eso y ponerle mucho  amor.  

Tú también eres bailarina además de actriz y normalmente tanto los  bailarines, como los cantantes o los músicos entrenan todos los días. Hay muchos actores que no lo hacen, ¿por qué crees que no? 

Pues no lo sé, cada camino es diferente, pero creo que es muy  importante para los actores también, yo lo intento. Siempre lo he  considerado importante, aunque no en todas las etapas de mi vida ha  sido una constante, pero voy aprendiendo a hacerlo. Ahora estoy  bailando mucho con mi maestra Yolanda Molina, que me parece  filigrana. El otro día nos preguntó en clase cuál era nuestro motivo para  bailar y yo realmente no supe qué responder de todos los que tengo,  pero uno de ellos es como que lo ordena todo.  

Porque además tenemos mucha inestabilidad laboral y muchas veces  emocional. Pero si tú tienes tu sitio, tu caminito, en plan esto es lo que  tengo que hacer hoy, es más fácil, estás mejor.  

Y creo que es importante porque nuestro instrumento es nuestro cuerpo  y nuestra voz y tenemos que intentar cuidarlo y prepararlo para el  trabajo, cada vez lo valoro más.  

A veces la interpretación se asocia a la magia pero cuantas más  herramientas tengas para intentar crearla, mejor te lo vas a pasar.  

¿Cómo te ves dentro de 10 años, no a nivel laboral concreto si no tú  como artista?  

Pues no lo sé, pero últimamente siento que estoy mutando… (risas) y me  estimula pensar en lo que podemos cambiar, me ilusiona.  

Hay una bailarina a la que admiro muchísimo y que es una de mis  mejores amigas, Carmen Muñoz. Tiene un camino muy genuino y cada  vez que voy a verla se ha dado la vuelta, se ha pasado la pantalla, es  de las artistas que más me inspiran. Su investigación personal es muy  interesante, y a mí me fascina su compromiso. Ahora estará en los  Teatros del Canal, del 15 al 18 de diciembre con la compañía de Juan  Carlos Lérida, os la recomiendo todo el rato. 

Ir creando e investigando y ver lo que pasa. Hay muchos tipos de  camino y cada uno lo vive de una manera, pero yo le doy mucho valor  a eso.  

¿Que personaje te apetecería muchísimo que te propusieran ahora  mismo? 

Me apetecería mucho hacer comedia. Comedia comprometida, que  poca broma.  

Me gusta mucho investigar los personajes de comedia porque al final la  parte lúdica tiene un sitio muy grande y me gusta mucho crear desde  ahí. Aunque en realidad, si te soy sincera, cualquier cosa que me  propongan mi apetece porque soy una motivada y esta profesión me  encanta. (risas).  

Cuéntanos un poco sobre tu último proyecto, pendiente de estreno. Ha  sido tu primera serie grande, con un personaje más importante. ¿Cómo  lo viviste? 

Cuando me lo dijeron fue increíble, me había enamorado del personaje  desde el casting. Fue una alegría gigante y como es un thriller también  era una experiencia nueva en ese aspecto. Tienes que tener muy en  mente la historia completa y no pensar sólo lo que cuenta tu personaje,  sino lo que ve el espectador y en qué orden lo ve. 

Me resultó complejo, pero ha sido un trabajo fantástico. La relación con  los directores durante la serie super proactiva y cercana, siempre  ayudándonos y con los directores de casting desde el principio… ha  sido increíble. La pandilla que se ha formado con los compañeros es  una maravilla, hemos ido todo el rato de la mano. Parece un poco  utopía y no siempre va a ser así, pero es que realmente ha sido una  experiencia muy enriquecedora. 

Y el personaje ha sido un regalo porque tenía una cosa muy bonita y  era que ella iba aprendiendo a vivir a partir de las situaciones en las que  le iba poniendo la vida. Había algo muy intuitivo, muy disfrutable, y  también me enseñó partes de mí, que estaban justo en ese descubrirte  en lo desconocido.  

¿Crees que le va a gustar a la audiencia?  

Yo creo que sí. El guión es una pasada y yo a cada compañero que he  visto trabajar, es que no puedo admirarlo más. Hay una calidad  impresionante. Y el casting me parece que está muy, muy, muy bien  hecho. Y creo que el equipo está muy contento con el resultado. No  sabemos cuándo se estrena todavía, posiblemente en enero. ¡Qué  ganas! 

¿Y has estado rodando ahora otra cosa hace poco, ¿verdad? 

Sí, una serie nueva para Movistar plus creada por Pepón Montero y Juan  Maidagán, una comedia. También ha sido un disfrute muy grande.  

Me han dejado hacerlo con mi acento, cada se valora más la  diversidad de acentos. Y mi me parece un acierto que se vea así,  porque evidentemente tenemos que trabajar el “castellano neutro” o  intentar ser capaces de habitar otros acentos, pero lo natural y lo  intrínseco me parece que tiene un valor muy grande, que no resta, que  suma, siempre suma. 

¿Y qué te llevaría de este último personaje que has hecho?  

Lo espontáneo y lo natural. Ellos tienen un tipo de hacer comedia muy  peculiar y muy característico.  

Me gusta mucho como valoran la naturalidad absoluta y lo cotidiano, y  sacar la comedia desde ahí, eso te permite actuar de una forma muy  propia.  

¿Tienes algún proyecto para el próximo año?  

Sí, estaré en una producción del Teatro Español, una obra que se llama  “UZ , el pueblo” de Gabriel Calderón y que dirige Natalia Menéndez, es  una pasada. 

Buscaban gente de mi perfil y me encontraron por el material de la web  de mi representante y la verdad es que ha sido otro regalo caído del  cielo, porque es un personaje muy visceral. Es que no puede ser más  guay ni más cercano a lo que me gusta hacer. 

El texto es increíble, muy loco. Y los compañeros son lo más. Los  protagonistas son Pepe Viyuela y Nuria Mencía, y el resto del elenco  también es gente a la que admiro mucho, así que voy a aprender  desde que entre por la puerta. Me apetece mucho esta obra. 

Vamos a estar desde el 16 de marzo al 7 de mayo en las Naves del  Matadero. 

Has hecho televisión, cine y teatro, si tuvieras que elegir sólo una cosa  ¿con qué te quedarías? 

No sé con qué me quedaría, pero me gustaría tener un camino en la  comedia, con todo el respeto que me provoca. 

El otro día en una conversación con Natalia Menéndez, cuando me  cogieron para el proyecto, me preguntó que qué significaba para mí la  comedia. Y yo de adulta me he dado cuenta de que la he utilizado  desde niña sin darme cuenta, para entender las cosas o para  defenderme, en plan si te ríes tú nos reímos juntos. He aprendido a  mostrarme así al mundo y me fascina la comedia, lo que esconde, lo  que hay detrás. Que tú seas capaz de reírte de algo y que detrás haya  una bomba. Estuvimos hablando con el autor de la obra de la  capacidad que tiene la comedia de acercarnos los unos a los otros, sea  cual sea la ideología. De repente hay algo que pasa y todos nos  estamos riendo juntos, porque está pasando algo que entendemos  todos.  

Creo que la comedia son matemáticas, anestesia, magia, y mil cosas  más que yo no sé y que me encantaría vivir.  

Ahora estás cantando mucho. Tienes un grupo de música con el que  cantas, ¿que te aporta el canto? 

Lo del grupo es un parque de atracciones, risa y música. Además cantar  abre canales y desbloquea, te coloca en otro sitio, como actriz también  es importante conocer bien tu voz. Y que me lo paso “como gorrino en  charca”.  

Como espectadora, ¿qué es lo que más te gusta? ¿Qué es lo que más  valoras de un trabajo cuando lo ves? 

Lo que más valoro de un trabajo es lo genuino, ver lo diferente que  aporta un artista, que lo que está haciendo te haga sorprenderte, su  sello.  

A veces cuesta encontrarlo y es difícil, pero creo que se puede  aprender trabajando desde el juego y desde el no juicio, relativizando y  quitando peso a “pegarte una torta contra la pared”.  

¿Qué le dirías a la gente joven que sale de la escuela de arte  dramático?  

Creo que lo más importante que tiene que saber una persona que  empieza, es que realmente es un camino precioso, complejo pero  precioso. Que elegir intentar hacer en tu vida el arte que puedas, te  aporta un montón de maravillas y te llena de vida. Y esto no tiene que  ver con el éxito, que aunque sea una suerte y un gozo y algo que  anhelamos, no tiene por qué estar ligado a muchas de estas maravillas.  

Creo que final uno tiene que encontrar lo que le apasione. Y  encontrarlo es una suerte muy grande, porque siempre te da un  camino. Siempre te ayuda a dar el siguiente paso para no estar como  perdido o con el foco en otro sitio.  

El otro día, Raquel Pérez, maestra de interpretación, decía que hay un  camino para ser famoso y otro camino para ser actor. O sea que son  distintos. Pero cada uno elige el camino que quiere llevar, no hay nada  de malo en ninguno de los dos pero son distintos.  

Estoy de acuerdo con eso y creo que en el camino de ser actor es  largo, algunas veces pasan cosas buenas y que son muy guay, que te  sitúan y que te hacen aprender y avanzar. Y también hay fracasos que  te enseñan igual o más. Pero es que al final el camino sobre todo se  compone de la gente y de los momentos que te que te rodean, eso es  lo bonito. 

Qué encuentren su sitio desde la calma y paso a paso. Que no se  acaba el mundo por nada y que van apareciendo las oportunidades.  Ni lo muy importante es muy importante ni lo muy decepcionante es  muy decepcionante. Al final, hay que intentar encontrar un equilibrio y  relativizar. Y tenemos que tener muy en cuenta que es un oficio y que  somos trabajadores y punto. Un oficio precioso y una gran suerte para  los que amamos esto.  

https://www.analopezactores.com/angelachica

Foto: Romero de Luque