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Sin noticias de Ítaca: la odisea de Enrique Vaquerizo por la ruta menos frecuente del Sáhara español


  • La nueva crónica del autor (editorial Laertes) es un hilarante road trip de 3.500 km a los dos lados del Sáhara entre check points, muros y fronteras.
  • El libro recoge una visión diferente sobre un territorio de actualidad a partir de la experiencia personal del autor en 2019, cuando viajó a los campamentos de Tinduf por una ruta muy poco habitual y desaconsejada por las autoridades marroquíes y saharauis.

Miles de años después de Ulises, en tiempos de Instagram, Google Maps y los turoperadores masivos, ¿qué sigue motivando al ser humano para viajar y contarlo? Según la Odisea, sería en las proximidades de Ceuta, y con la creencia de que más allá no había nada, donde Ulises decidió emprender el camino de regreso a casa. Precisamente en las proximidades de Ceuta es donde comienza Sin noticias de Ítaca (Ed. Laertes), el nuevo libro de Enrique Vaquerizo, un recorrido de 3.500 kilómetros en el que el autor nos invita a acompañarlo a través de los dos lados del muro que separan hoy los antiguos territorios españoles en el Sáhara.

A través de las páginas, el lector se internará en el Sáhara subido al tren más largo del mundo, conocerá cómo afecta el conflicto territorial a la población saharaui, buscará los últimos rastros de presencia española en la zona, conocerá a Bouh, un minusválido que salvó la última iglesia española de Dajla, sentirá la vigilancia de la policía marroquí de El Aaiún y llegará hasta las míticas ciudades mauritanas de Chingueti y Uadane.

Por el camino alternará con los últimos nómadas del desierto, con mandatarios internacionales, instagramers, miembros del Frente Polisario, cooperantes chiflados, niños saharauis que pasan sus veranos en Ibiza o con miles de migrantes que sueñan con llegar a Europa.

Sin noticias de Ítaca, un hilarante road trip entre check points, muros y fronteras, nos habla, siglos después de la Odisea, sobre la necesidad casi adictiva de seguir moviéndonos y contándolo. Pero también de los fantasmas que crean la literatura y el recuerdo del viaje, de la necesidad de volver a casa o de huir de ella, de las obligaciones autoimpuestas y de los círculos que no siempre tienen por qué cerrarse para que merezca la pena salir de Ítaca.

Fortasec y treinta fotocopias del pasaporte

Cuenta Enrique Vaquerizo al comienzo de este libro que “hacer un viaje e intentar contarlo en tiempos de Instagram, Tripadvisor, Google Maps y turoperadores masivos es un anacronismo que no tiene mucho sentido ni tiene por qué aportar nada a nadie”. Pese a todo, obcecado, a lo suyo, el autor se embarcó en esta aventura “recorriendo de forma alocada los muros del mundo sin saber muy bien por qué. En esta ocasión ese muro es un parapeto de arena de cientos de kilómetros de longitud que divide el antiguo Sáhara español en dos: a un lado los territorios liberados bajo autoridad saharaui y al otro los ocupados por Marruecos”.

Lo hizo con dos pantalones vaqueros, cinco pares de calcetines, un saco de dormir, una novela de Paul Bowles, una caja de Fortasec, otra de Paracetamol, algunas vacunas caducadas, una luz frontal, treinta fotocopias del pasaporte “para repartir en los controles de Policía”, dos cuadernos vacíos “y una inquietud vaga y pegajosa que se entremezcla a ratos con la euforia tonta de no saber del todo qué estoy haciendo”.

Publicado por la editorial Laertes, Sin noticias de Ítaca es un volumen cuidadosamente ilustrado con fotografías del propio autor que abren una ventana a un mundo tan cercano como desconocido para la mayoría de quienes, al contrario que el autor, descansan a salvo en sus Ítacas.

Sobre el autor

Enrique Vaquerizo Domínguez es doctor en Ciencias de la Información y licenciado en Historia, docente universitario, periodista y, sobre todo, viajero curioso e incorregible. Ha vivido en diversos lugares de África y Latinoamérica, como Níger, Bolivia o México. Además de ser autor de varios libros de viajes, entre ellos Historias de salacot y fortasec (2017), ha publicado decenas de reportajes para los principales medios escritos españoles. Cronista de los muros que separan el mundo, coleccionista de desiertos y buscador entusiasta de un pasado que ya no existe, siempre piensa en el Sáhara como el jardín más fértil del planeta.