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“Ciudades del futuro” en el Institut français de Madrid


El pasado miércoles 25 de octubre, tuvo lugar en el Institut français de Madrid un encuentro sobre las “Ciudades del futuro” que contó con la participación de Valérie Flicoteaux-Melling, Vicepresidenta del Consejo Nacional de la Orden de los Arquitectos de Francia, encargada de la Transición ecológica, Francisco Javier Neila González, Catedrático Emérito de Arquitectura Bioclimática y Acondicionamiento Ambiental en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, y Ramón Cubián Martínez, Director General de Suelo y titular de la Oficina Madrid Nuevo Norte, en la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid.

Valérie Flicoteaux-Melling detalló los avances que se están llevando a cabo en Francia en materia de ciudades sostenibles diseñadas para que las poblaciones puedan vivir en mejores condiciones, sobre todo ahora que notamos que el cambio climático se ha hecho realidad. Francisco Javier Neila González se centró en el problema de las islas de calor urbanas con los riesgos que podemos tener con el sobre calentamiento: con el cambio climático, las ciudades hoy en día son islas de calor y hay que analizar las causas y aportar unas soluciones para atenuar sus efectos. Ramón Cubián Martínez, habló de los nuevos barrios que la ciudad de Madrid está levantando.

Valérie Flicoteaux-Melling presentó primero un trabajo que el Consejo Nacional de la Orden de los Arquitectos preparó sobre “Viviendas, ciudades, territorios, arquitectura como solución”. El Consejo hizo unas propuestas para la construcción y la ordenación sostenible de las ciudades que permitiera poner al mundo de la construcción en transición, apoyándose en cinco temáticas: propuestas para los territorios, propuestas para mejorar las políticas en materia de vivienda, la temática de reparar la ciudad y rehabilitar lo existente, el cambio de nuestras prácticas para construir de manera diferente, y la descarbonización de la construcción con la cuestión de los materiales, de la sobriedad del consumo energético y de las soluciones para limitar el consumo de energía.

Para hablar de la postura española, Francisco Javier Neila González confirmó lo que dijo Valérie: “Todas las ciudades son distintas, de allí que las soluciones tienen que ser distintas. El clima es un factor, pero no lo es todo: cada ciudad tiene su historia, una forma de vivir propia, unas costumbres que hacen que las ciudades sean distintas. Luego, depende del tamaño de las ciudades: cuanto más pequeña, más abordable a la hora de adaptarla. En España, desde hace muchos años, hay eco-barrios, zonas piloto, que se han desarrollado con unos objetivos de sostenibilidad, de eficiencia energética, de auto-suficiencia, de confort, pero son unos espacios limitados concretos, capaces de generar su propia energía. Pero en una ciudades grandes como París o Madrid, es muy complicado. Y va más allá de una situación económica, sino también de una situación cultural y sociológica: las ciudades no se pensaron para que en un futuro fueran sostenibles. Las ciudades surgieron en torno a una red de caminos. Para adaptar la ciudad de Madrid, no se podrá hacer ni para 2030, ni para 2050. Es muy poco tiempo para que las ciudades se transformen completamente. Y es que hay un programa político que es el que manda al final de cuenta. En época de Carmena, hubo un intento para hacer una intervención en una zona de Usera. Se creó una guía de intervención, pero al tener que cumplir con numerosos requisitos, cambió el Ayuntamiento y el proyecto desapareció. Si los políticos no tienen voluntad para desarrollar los proyectos, no se llevan a cabo.”

Ramón Cubián Martínez dijo que estaba de acuerdo con las líneas generales evocadas antes. “Cada ciudad tiene una historia, una población, un clima, una superficie, una estructura física distinta y los cambios tiene que ser distintos. Sí es cierto que existen líneas comunes: tenemos que avanzar hacia la descarbonización, pero tendremos que aplicar unas medidas distintas en función de nuestras posibilidades. Regenerar, cambiar el centro de Madrid es muy difícil. La regeneración es espontánea porque van cambiando los hábitos. Lo que apostamos ahora por hacer es sacar los grandes nodos de actividad de la ciudad hacia los extrarradios, y en los extrarradios construir nodos de actividad con distintas condiciones. En los años 70, toda Europa creó ciudades dormitorio, lo que supuso una inversión espectacular. Ahora, en Madrid apostamos por unos nuevos barrios, con una condiciones medioambientales distintas, mucho más favorables, mucho más verdes, utilizando especies verdes propias, que tienen menos consumo hídrico que las que venimos importando en los últimos 40 años, que es lo lógico. Pero lo que vemos lógico ahora, no lo vimos antes. Antes, se privilegió el embellecer, un rápido arraigamiento y un rápido crecimiento de la flora. Ahora, a diferencia de las ciudades dormitorio, queremos combinar las viviendas con la actividad, el ocio y el comercio: combinarlo todo en un mismo espacio. Poniendo un ejemplo, podemos hablar de Madrid Nuevo Norte, que fue fruto de un consenso en el Ayuntamiento de Madrid después de 20 años entre todas las fuerzas políticas.

Valérie Flicoteaux-Melling, refiriéndose al caso de París afirmó que “el turismo desempeñaba también un papel muy importante en el vaciamiento de las ciudades. Cuando los Airbnb acaparan todas las viviendas, traen otra problemática. Toda la costa atlántica francesa se enfrenta a este problema: la gente local ya no puede vivir allí porque los parisinos tienen residencias segundarias donde los turistas viven en verano en Airbnb. La problemática de la ciudad sostenible también es la problemática de la ciudad del uso. En Francia, hay una crisis del alojamiento, con mucha gente que llama a construir más viviendas, pero al mismo tiempo, hay muchas viviendas vacías. Hay más de 5 millones de viviendas vacías, incluso en las ciudades pequeñas. Hay una paradoja con unas ciudades que se dejan al abandono, que son ciudades patrimoniales interesantes, y por otro lado se amontona de forma masiva a la gente que necesita espacio en unas metrópolis cada vez más grandes. Habrá que centrarse en las viviendas vacías también. Retomando el caso de Valladolid como nueva ciudad dormitorio de Madrid, si la gente que se aloja allí ocupa el casco antiguo de la ciudad dándole una segunda vida a la ciudad, sí que merece la pena.”

Sobre la ciudad de los 15 minutos, Ramón Cubián Martínez habló de Madrid Nuevo Norte “con un eje lineal de 5 km desde la estación de Chamartín hasta su límite Norte pegado a la M40, es el mismo que desde Neptuno hasta Plaza de Castilla. Allí, va a haber usos combinados, con un centro de negocios neutro en carbono, con una torre de 300 metros que se convertirá en el edificio más alto de Europa Occidental, unas viviendas de protección y un gran parque de 145000 m2 sobre las vías de tren de la zona Norte y una extensión total de 400000 m2. También habrá nuevas líneas de metro y nuevos comercios. Se aposta por el comercio de proximidad.”

La ciudad de los 15 minutos surgió con la Covid, concluyó Francisco Javier Neila González, al no poder desplazarnos. “Nos dimos cuenta de que mucha gente no disponía de servicios de proximidad, como comercios o gimnasios. De ahí que es uno de los grandes objetivos, con la creación de barrios “entidad”, sin que se conviertan en guetos. Esto se enlaza perfectamente con la ciudad saludable y la ciudad paseable.”