Además del nacimiento (belén principal) el recorrido se complementa con 28 nacimientos en diversas técnicas artesanales. / Los visitantes podrán disfrutar del belén y de los recorridos guiados de forma gratuita desde el 1 de diciembre al 7 de enero de 2024.
Fundación Casa de México en España en su misión de mostrar las tradiciones mexicanas al público español, presenta la navidad mexicana con un Nacimiento de gran formato elaborado a mano por maestros artesanos en el estado de Oaxaca en la técnica artesanal de flores inmortales. Se complementa con un árbol de navidad de gran tamaño (4 metros) con huajes grabados y esferas de hojalata repujada. La instalación está diseñada y conceptualizada por el reconocido diseñador mexicano, Ricardo Salas.
La exposición se complementa con un recorrido compuesto por 28 nacimientos de menor tamaño en diversas técnicas artesanales como el barro vidriado, hoja de maíz, madera de Olinalá, palma tejida, procedentes de diversos estados de México.
Los visitantes podrán acceder al nacimiento de forma gratuita en el horario habitual de la fundación y sumarse a los recorridos guiados, también gratuitos, previo registro en el horario:
– Martes a viernes de 17:30h a 20:00h con recorridos cada media hora. – Sábados y domingos de 12:00h a 13:00h con recorridos cada media hora.
Además de los nacimientos, Casa de México ha preparado un nutrido programa de actividades navideñas para toda la familia, desde ciclos de cine, conciertos, talleres de técnicas artesanales, pastorelas (representaciones teatrales), y talleres gastronómicos que permitirán al público acercarse a la navidad mexicana. Consúltalo aquí.
El Nacimiento principal está hecho en la técnica de conservación de flores secas “flores inmortales” o “siemprevivas” en colores de tonalidades naranjas y burdeos por la familia Raymundo Sánchez en su taller Biushita Ancestral en Oaxaca. Se complementa con paneles de la misma técnica. Los rostros fueron pintados por Ludwing Franco Osorio.
El árbol de navidad de más de 4 metros de altura se conforma por esferas realizadas con cuencos o guajes en el estado de Oaxaca pintadas en negro y grabadas a mano por el artesano José Cruz Sánchez. Las esferas de hojalata plateadas y doradas fueron realizadas con la técnica de hojalata repujada por Tirso Cuevas.
En profundidad
Ricardo Salas nació en la Ciudad de México, en 1954. Uno de los diseñadores gráficos más prolíficos de México, vinculado al ámbito editorial y artístico, cuenta con más de 80 publicaciones, además de setenta premios nacionales e internacionales. Se diplomó en Diseño Gráfico y Diseño Industrial en la Scuola Politecnica di Design en la ciudad de Milán, y amplió su carrera con un posgrado en gráfica, animación y tipografía en Basilea, Suiza en la escuela Kunstgewerbeschule. Durante su carrera profesional ha diseñado la imagen corporativa de empresas, museos, bancos e instituciones como Banamex, Tamsa, Hotel Habita, Museo Tamayo y Museo Federico Silva. Sus trabajos se han podido apreciar en museos de principales ciudades como Nueva York, Tokio, Londres, Río de Janeiro, Buenos aires, entre otros.
Merecedor de reconocimientos en el campo gráfico por Quorum en México, durante nueve años seguidos (1989 -2005). La Asociación para el Diseño Industrial Italiano ADI nombró al Mto. Ricardo Salas Moreno como uno de los 100 Embajadores Mundiales del Diseño. Concretamente, en 6 ocasiones recibió el premio a la excelencia por The Printing Industries of the Gulf Coast, Inc y Printing & Imaging Association of Mid America.
El arte de la flor inmortal o siempreviva se originó alrededor del año 1900 en San Antonino Castillo Velasco, en la región de los Valles Centrales del estado de Oaxaca. Se trata de una flor perenne que tiene la peculiaridad de conservar durante muchos años sus pigmentos y forma original. Desde 2023, esta técnica figura como Patrimonio Cultural del Estado de Oaxaca.
El proceso de elaboración de una pieza inicia con la siembra, cosecha y secado de las flores. Los armazones se hacen con carrizo cortado, doblado y amarrado con un cordón cubierto con cera negra de abeja para crear una estructura a la cual se cosen capas de hojas secas de plátano y encino. El carrizo se raspa para obtener una ralladura que se utiliza en la decoración, después de ser teñida con tintes naturales o anilina. Las flores, ya secas, se ensartan en un alambre, dando vida a cada figura.
La familia de Raymundo Sánchez trabaja esta técnica desde principios del siglo XX. Sus descendientes fundaron en 2016 el taller “Biushita Ancestral”, nombre de una flor inmortal pequeña, de color blanco, denominada biushita (palabra que significa “pequeño” o “chiquito”). El taller preserva la originalidad de las técnicas, resguarda su identidad cultural y cuida el entorno natural. Los miembros del taller han participado en exposiciones, publicaciones y concursos de arte popular y han obtenido premios y reconocimientos a nivel nacional.
Israel Gerardo Raymundo Cornelio, Francisca Lidia Sánchez Mateos, Monserrat Maricela Raymundo Sánchez y Laura Raymundo Sánchez son los creadores del belén que aquí se presenta. En esta ocasión, los rostros y manos, dibujados y pintados a mano con pintura acrílica sobre papel, son creación de Ludwing Franco Osorio.
Grabado en guaje
En Pinotepa de Don Luis (costa de Oaxaca) el fruto del árbol coatecomate (Crescentia alata Kunth), también conocido como cirián o jícaro, crece con exuberancia en los campos y en las casas. De forma redonda y lisa, y de alta resistencia a las condiciones ambientales.
El cirián da origen a un recipiente cóncavo que permite servir líquidos y se usa a modo de cuenco o taza. Su uso se remonta a la época prehispánica. Los artesanos embellecieron estos objetos haciendo de su cáscara un lienzo donde plasman flora y fauna, paisajes, tradiciones e incluso pasajes de mitos y leyendas.
El fruto se corta mientras está verde y la corteza dura; se vacían las semillas y se raspa el interior para dejar secar durante una semana. Después, se lija la superficie cóncava hasta que adquiere una textura lisa. Se talla para grabar la iconografía elegida con gubias hechas por los mismos artesanos.
En épocas recientes se incorporó la técnica “a la manera negra”, que consiste en aplicar tintas o pintura acrílica en aerosol antes de hacer el grabado por la que los artesanos de Pinotepa de Don Luis son reconocidos a nivel internacional.
José Cruz (1963), originario de este poblado, ha llevado su técnica a niveles de excelencia y refinamiento para convertirse en uno de los mejores artistas de esta técnica.
Hojalata repujada
La técnica de la hojalata se originó en el siglo XVI y se afianzó en varios estados de la actual República Mexicana, como Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Puebla y Oaxaca. Con ella se elaboraban piezas utilitarias, entre ellas lámparas, faroles y espejos; objetos artísticos y decorativos: alhajeros, charolas, estrellas, flores, diversos animales y nacimientos; así como objetos eclesiásticos: candeleros, relicarios, vitrinas para santos, cruces y nichos.
La hojalata es una lámina muy fina de acero recubierta con una capa de estaño que le otorga brillo. Para trabajarla se requieren diversas herramientas: tijeras, cinceles, martillos, rayadores, yunque, placa de plomo y cautín de cobre.
En la capital del estado de Oaxaca, esta expresión del arte popular arraigó en el barrio de Xochimilco y en el centro de la ciudad, donde en la actualidad se encuentran los talleres de importantes creadores.
A diferencia de lo que suele ocurrir en el gremio, el maestro Tirso Cuevas, creador de las piezas de hojalata de este belén, no recibió este conocimiento como legado familiar. En su caso, el amor por esta técnica surgió en la infancia, cuando empezó a asistir al taller de un compañero de la escuela.
Para elaborar sus obras, Tirso Cuevas no requiere de bocetos, pues en el proceso va transformando la pieza por intuición. Al elaborar las esferas que aquí se presentan, traza la circunferencia con un compás en la lámina de hojalata; posteriormente, corta con tijeras y raya o graba sobre una placa o base de plomo con cincel y martillo. Una vez cinceladas, para que adquieran volumen, las abulta con un martillo especial, colocándolas en un tronco que cuenta con una perforación, la cual se usa como molde para darle una forma cóncava. Después, se unen dos piezas para formar la esfera, soldándolas con plomo y estaño. Para finalizar, las piezas se lavan y se barnizan o pintan.