Charlamos con Libe Estebaranz, Pablo Villa Sánchez y Manuel Tejera acerca de su pieza ‘[ _ ]’, un proyecto que forma parte del ciclo [abril imaginario] y que puede verse todos los jueves en El Umbral de Primavera.
Si hay algo que nos une a los millones de humanos que poblamos la tierra, es que todos soñamos. Y, aún a día de hoy, existen muchas incógnitas acerca de cómo se producen esos sueños, por qué o para qué sirven.
Las sociedades antiguas relacionaban esas imágenes que nuestra mente produce en fase REM con el mundo mágico, un portal que se abre entre nuestro universo terrenal y el divino. Incluso, en épocas más modernas, los sueños han servido para marcar ese nuevo paradigma que lo cambiaría todo. Cómo no recordar ese “I have a dream” de Marthin Luther King. También han marcado hitos dentro de ficciones icónicas como ‘Twin Peaks’ (David Lynch, 1993), donde los sueños tenían un papel crucial para resolver ese enigma sobre quién mató a Laura Palmer.
Sea como sea, los sueños nos hacen conectar con algo muy profundo, personal pero a la vez muy colectivo. Precisamente, para hablar sobre todo esto nos fijamos en ‘[ _ ]’, un proyecto de Colectivo Tres Montañas que podemos ver todos los jueves de abril (hasta el 24) a las 20:30h en El Umbral de Primavera dentro del ciclo [abril imaginario].
Disclaimer: puede que algunos de los fragmentos de esta entrevista te resulten extraños. Quizás estés soñando. Podemos compartir algunos [ _ ] cuando despiertes.
¿Qué es Colectivo Tres Montañas y por qué los sueños como objeto de estudio?
Pablo Villa Sánchez: Colectivo Tres Montañas es un grupo de personas que nos hemos juntado para crear teatro y pasar tiempo juntas. Lo decidimos empezar Manuel, Libe y yo, después de conocernos en el Máster de Dirección Escénica Contemporánea impartido por Carlos Tuñón y la compañía Los números imaginarios. Este verano teníamos muchas ganas de seguir juntas compartiendo tiempo y procesos creativos y decidimos buscar un tema común que nos resonase a las tres; así aparecieron los sueños (un tema infinito, por otro lado) y decidimos empezar con ‘[ _ ]’ convocando al resto del equipo que compone el colectivo, que son Inés Gasset, Sofía Magán, Xabi Martínez, María Ruiz e Irene Zarrabeitia.
¿Qué pensáis que dicen nuestros sueños de nosotros?
Manuel Tejera: Pues depende de si ese “nosotros” se refiere a nosotros como individuos o a nosotros como sociedad. En cualquier caso, mucho. Dentro de todas las corrientes de estudio sobre los sueños, hemos estado muy acompañados por el señor Carl Gustav Jung en este proceso. Él nos habla, entre otras cosas, del subconsciente colectivo y, a mi parecer, este concepto tiene en nosotros una función bastante similar a la que tiene la cultura en la vigilia: genera relato, nos une y nos hace compartir. ¿Quién no ha soñado que volaba? ¿O quién no ha soñado que se le caían los [ _ ]? Son ejemplos vagos de sueños comunes, pero sin embargo casi todos hemos pasado por ellos y compartimos sensaciones similares cuando los transitamos.
En cuanto a lo individual, los sueños hablan de nosotras y nos dan información (no siempre útil ni necesaria), nuestro cerebro pierde barreras de resistencia mientras dormimos. Fácilmente, un sueño nos puede hacer una revelación increíblemente trascendental para nuestra vida, como nos puede recordar que tenemos que comprar naranjas al día siguiente. ¡Son una lotería del conocimiento!
Platón sugería que los sueños podían ser una manifestación divina mientras que Aristóteles era más racional y los vinculaba a algo meramente fisiológico, ¿de qué equipo sois?
Libe Estebaranz: Creo que de las tres cada una podría responder algo distinto. En mi caso, soy más fan de Platón. Me considero un poco bruja, suelo tener sueños premonitorios. Me gusta pensar que pueden ser algo mágico y que forman parte de mi inconsciente más sincero. Captan lo que no soy capaz de ver, incluso lo fantástico, como puede ser ver el futuro. Me ayudan a tomar decisiones atrevidas o a protegerme. Y si pienso en soñar despierta, creo que también tienes que “flipártelas”, como dice Platón. Alcanzar la utopía en la que te quieres proyectar tú misma como una manifestación casi divina.
Hubo un tiempo en el que los sueños tenían relevancia en nuestras decisiones, sin embargo ahora nos hemos vuelto más racionales, ¿deberíamos prestar más atención a lo que soñamos?
Pablo: Sí, absolutamente. Porque, además, lo has preguntado usando unas palabras muy concretas: “prestar atención”. No se trata de tomar decisiones en base a los sueños como si de ellos extrajésemos certezas científicas, racionales y universalizables, sino de mirarlos bajo el prisma de uno mismo, de su contexto, de su estado emocional, de sus deseos, etc. Y desde ahí, compartirlos, contarlos, generar diálogo… prestarles atención y darles la importancia que tienen. Los sueños los genera nuestro cuerpo también… que tengan lógicas confusas no quiere decir que no tengan un sentido. Lo racional es pensar que siempre nos van a pasar cosas (como los sueños) que quizá nunca podamos entender del todo, por la propia limitación del ser humano, pero puede que alcancemos a intuir lo justo como para extraer algo. Merece la pena tener la humildad y la paciencia de atender a tus sueños.
¿Cómo se puede transformar algo tan íntimo como son los sueños de cada uno en algo colectivo?
Libe: Compartir, hablar de lo fantástico, de nuestras pesadillas y decirlas en alto, ya es un acto que permite mirarnos las unas a las otras y comprender que lo que sentimos es universal. Traer los sueños a escena físicamente, y que el público pueda sentir que ha podido soñar o ver un sueño o sentir algo parecido en un teatro, acompañado de unos testigos desconocidos… Vivir juntas ese fenómeno, puede ser algo parecido a colectivizar el acto de soñar.
Entiendo que para investigar acerca de este universo habréis indagado en vuestras propias ensoñaciones, aunque los sueños son personales ¿habéis encontrado algún nexo en común?
Libe: Un día de septiembre compartimos lo que habíamos soñado y los tres habíamos soñado con agua. Esto lo hablamos delante de otra amiga y ella también había soñado con inundaciones. Los cuatro la misma noche. Era finales de verano y se podría decir que no había pasado algo relacionado con esa imagen. Eso nos hizo pensar que quizá era posible que estos fenómenos se dieran más a menudo entre comunidades. Yo sentí algo parecido a cuando los animales se ponen de acuerdo para subir a lo alto de una montaña cuando se acerca un tsunami. Ellos se avisan, siguen ese impulso y se ponen a salvo. No sé si ese día nos teníamos que avisar de algo, la verdad que más allá de compartirlo, no hicimos nada al respecto (aunque no sé si eso ya es suficiente). Quizá nos teníamos que decir algo importante o quizá los cuatro habíamos coincidido en las mismas penas o deseos.
Me gustaría trasladaros la pregunta que vosotras mismas hacéis a vuestro público, ¿Cuál fue el sueño que os hizo cambiar algo al día siguiente?
Manuel: Pues tengo una respuesta demasiado concreta, la verdad. En verano de 2022 tuve un [ _ ] en sueños con un amigo que no veía desde mi adolescencia. Me desperté realmente triste porque ya no hay forma de retomar contacto con él y de golpe fui muy consciente de las relaciones que mantenía con mis amigos y mis amigas de ese momento. Sentí mucha necesidad de compartir cosas con ellas, no tanto pensando en el momento en el que pudiésemos dejar de tener contacto sino pensando en disfrutar de su compañía en ese presente. Mindfulness, de repente. En ‘[ _ ]’ hablamos en un momento de esas personas que son recurrentes en nuestros sueños y nos aportan claridad, fuerza o simplemente presencia. No dejan de ser parte de nuestros recuerdos y subconsciente, pero se presentan de manera muy potente. No me parece ninguna locura que en algunas religiones hablen de presencias de “ángeles de la guarda” o cosas por el estilo…
Cada vez nos cuesta más recordar lo que soñamos por los estímulos que tenemos alrededor y por un estilo de vida cimentado en el estrés continuo, ¿estamos perdiendo la predisposición a soñar?
Pablo: Desgraciadamente, sí. La calidad del sueño es cada vez peor. Los ritmos de trabajo, los estímulos constantes, la precarización de la vida…. Bueno, todo eso complica la capacidad de nuestro cuerpo de entrar en ese estado de reposo activo que nos adentra en el mundo de los sueños. Y más aún, aunque entremos, nos impide recordar al día siguiente lo que hemos soñado. Mismamente, para poder hacer este proyecto, hemos estado escribiendo sueños por la mañana desde agosto. Despertarte y escribir un sueño antes de que se te olvide ya entra en conflicto con mirar el móvil o salir corriendo de la cama porque llegas tarde al trabajo. Y a la hora de irte a dormir, lo mismo. Cada vez tenemos menos capacidad para hacerlo solas y somos más dependientes de sustancias y fármacos para quedarnos dormidas. Se trata este tema también en ‘[ _ ]’.
¿Qué diríais que es lo más sorprendente que habéis encontrado durante vuestro proceso de investigación?
Manuel: Hemos encontrado un montón de cosas muy divertidas. La manera de soñar es equivalente a los copos de nieve, no hay dos personas que sueñen igual. La creación colectiva, en cuanto más horizontal más complicada y revolucionaria. Y el teatro, en cuánto más preguntas hace y menos respuestas da, más se avoca a los márgenes y la falta de ayuda por parte de las instituciones. Algunos de estos descubrimientos ya los vimos venir de lejos o, tal vez, los hayamos soñado antes.
Esta propuesta la habéis desarrollado durante el programa Asesoría Escénica – Abril imaginario, que imparte Carlos Tuñón en El Umbral de Primavera junto a otros integrantes de [los números imaginarios], ¿Qué os han aportado estos meses de trabajo?
Pablo: nos han aportado muchas cosas. Lo primero, la sensación de caminar acompañados: por Carlos, por su equipo y por las otras 5 compañías que participaban este año en el programa. Poder intercambiar feedback de nuestros procesos, tener a gente mirando y rebotando ideas… Es muy valioso cuando trabajas con la fragilidad de proyectos creativos que surgen de cero. Lo segundo, contar con el Umbral de Primavera como espacio de encuentro semanal, de continuidad y de seguimiento, un lugar al que acudir. Y después, imprescindible, la capacidad de Carlos de empujar, de tirar, de ayudarte a llegar más lejos en un sentido creativo propio, no para alcanzar la obra que él haría, sino la que harías tú (en este caso nosotras) sin acobardarte ante las lógicas del mercado, lo mainstream, lo que “se debe hacer” o lo fácil. Huir del camino predefinido para como compañía encontrar el tuyo propio e ir a muerte a por él. Para nosotras ha sido fundamental contar con Carlos animándonos a ser todo lo radicales que necesitábamos.
¿Cómo os encontráis en el [ _]?
Manuel: Depende del día, últimamente hay un poco de neblina que no te permite ver con claridad. Cuando te quieres dar cuenta, estás dentro de una casa, mirando por la ventana una ciudad en ruinas, pero las ruinas están dentro de la casa también. Hay un [ _ ] que no es un tenedor, un mueble que no es un mueble y un gesto que no se entiende del todo. Mejor dicho, no entiendes nada. Pero está bien no entender cuando lo haces en voz alta y rodeado de amigas. Lo único que tenemos claro es [ _ ] y siempre con las montañas como objetivo.
Imagen: Sofía Magán
Más sobre Colectivo Tres Montañas

España/Alicante/Madrid: Javier González es periodista, actor y comunicador natural de Calpe (Alicante) con residencia en Madrid. Desde que iniciara su carrera profesional en 2015 ha formado parte de medios como Cadena SER, donde dirigió los informativos comarcales de la Marina Alta, en Alicante. En la actualidad forma parte de la agencia de comunicación ADIRIA en la que ha desarrollado su propio camino en la comunicación cultural, siendo jefe de prensa de diversas compañías teatrales. Además, como actor, se ha formado en Réplika Teatro y es integrante de la compañía Teatro de los Invisibles, con la que ha podido participar en diferentes contextos escénicos como el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, el MeetYou de Valladolid, SURGE Madrid o el CENIT de Sevilla. Redes: Instagram.