‘FIN’ es una obra condensada en una atmósfera oscura que contrasta con la iluminación del led rosa cuyo mensaje es ‘’find your hapiness’’. El contrapunto de ‘’encuentra tu felicidad’’ se manifiesta a través de la trama de los personajes que están agonizando antes de la posible llegada del fin del mundo. Mientras está por llegar, Mauro, Alba y Ángel se encuentran viviendo una situación vulnerable por los conflictos que les acompañan. Los tres no se conocen de absolutamente nada, pero están unidos por la soledad y el desamparo que sienten en sus diferentes momentos de apoteosis.
Mauro interpretado por Pelayo Muñiz es un personaje que tiene un gran componente esperpéntico, clown y beckettiano. También, tiene ese toque hortera y excéntrico pudiendo pasar perfectamente por un miembro más de Varry Brava. Sin embargo, su personalidad atormentada y existencialista es totalmente contraria a la alegría que desprende el grupo musical. La sensibilidad que transmite el personaje de Mauro embellece todo el sufrimiento que arrastra a través de la palabra, con la que establece una ficción a modo de superación.
El ritmo de la obra no para con el personaje de Ángel que está interpretado por Nicolas Gaude. Hay momentos en que Ángel parece un personaje extrapolado de ‘The Big Bang Theory’ por su humor, su inteligencia y su discurso sin tapujos. No obstante, esa faceta es el caparazón con el que se protege y se defiende de la cruel realidad que le ha sacudido por completo. La energía de un showman televisivo y el surrealismo son la excusa perfecta para otorgar ironía a su discurso crítico frente al panorama tan nihilista que nos enfrentamos la sociedad de hoy en día. Sin duda, Ángel podría ser perfectamente un personaje elaborado por el propio Valle Inclán.
Gema Zelarayán interpreta a Alba, un personaje que oscila entre la oscuridad de la figura de la famme fatale y la claridad asociada a la piedad. Alba no solo tiene que sobrellevar los problemas que sigue sin superar, sino que además tiene que lidiar con un imprevisto que le cambia la vida para siempre. Los remordimientos que le atormentan son los ecos de la pesadilla que necesita exteriorizar. Este personaje con toda su esencia podría tratarse de un personaje lorquiano, pero tanto Alba como Mauro y Ángel han sido creados en este caso por Pelayo Muñiz.
Esta obra dirigida por Pelayo Muñiz y representada en el Teatro Lagrada de Madrid desde el 18 de marzo hasta el 26, retoma el concepto del fatum que caracteriza a la tragedia griega y que a su vez rompe con la dicotomía entre héroes y antihéroes. En efecto, los personajes no son ni buenos ni malos, ya que a veces son luz y otras oscuridad como es en sí la humanidad. Mauro, Alba y Ángel transgreden más allá de ser víctimas del destino que les ha tocado, porque nos enseñan a no perder la esperanza de vivir en un mundo más justo en todos los aspectos.
Afrontar ‘’el fin’’ mientras los personajes tratan de purgar todo lo que se llevan o lo que quedará de ellos es lo que les convierte en (anti)héroes. ‘FIN’ constituye una lucha trágica contra lo que se escapa de nuestro alcance. Nosotros mismos podríamos ser cualquiera de los personajes, y lo que nos hace identificarnos con ellos a modo de catarsis es que ‘FIN’ representa una protesta visceral contra todo lo que el destino nos impone. Lo que nos diferencia a nosotros como público, es que todavía estamos a tiempo de rebelarnos contra el futuro que se nos inculca bajo un planeta que carece de inteligencia emocional y que el consumo de antidepresivos ha incrementado un 45% en los últimos diez años.
Texto: Joanvi Chordá
/ Actor e historiador del arte en proceso de periodista cultural
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