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Teatro: «Cretinos, como la vida misma…», por Nacho Gago


Desde Culturapress hemos asistido a la función de «Cretinos«, obra de teatro que podéis ver en el Soho Laboratorio Teatral. Una obra contemporánea que se puede disfrutar si no tenéis ningún tipo de prejuicio, pero, sobre todo, si estáis dispuestos a ser testigo de las mentiras y estupideces de tres personajes, que no son capaces de amar sencillamente porque no se atreven a vivir sin el miedo a sentir, basando sus relaciones en el autoengaño.

Un show diferente, con canciones en directo y con un texto aparentemente sencillo, pero cargado de sarcasmo que te invita a armar el puzzle de estos personajes unidos por el fino y a veces cruel hilo de la vida.

La crónica de esta puesta en escena data de una historia que se desarrolla en este momento del tiempo (siglo XXI), donde tanto director como autores pretenden ofrecer a los asistentes formar parte de la complicidad de las escenas y hacerles partícipes a través de los sentidos para poner en valor el talento contemporáneo de los jóvenes creativos que viven en Madrid. El director es a su vez el escritor de la obra, y los actores principales son Sara Sordo, Jorge Silvestre Martín y Carmen Oveja que hacen que te sientas atraído por el ambiente tan especial que se genera y te olvides del resto del mundo durante 60 minutos para meterte de cabeza en la narrativa.

Es menester mencionar que esta obra remueve conciencias y hace pensar al espectador en su propia vida y sus propios actos, valorando si sus relaciones amorosas han sido adecuado o por el contrario ha realizado acciones inadecuadas por las que pueda tener un sentimiento de culpa o frustración. Las actuaciones son muy íntimas y personales y generan una atmósfera muy peculiar que te envuelve. Además, combinan interpretación con canciones lo cual hace que en algunos momentos parezca que estés en un musical trágico y romántico a la vez.

Metiéndonos en materia, destaca la actuación de los dos personajes principales que intervienen en el desarrollo de la obra quienes, dotados únicamente de unas sillas son capaces de recrear con ayuda de la imaginación de los presentes un mundo lleno de romanticismo. Ayudados con tecnología digital, los actores se apoyan para hacer sentir a los espectadores que la puesta en escena es vívida. Nuestros dos actores hacen gala de sus dotes histriónicos para introducir al público en una dinámica cálida y profunda. Un recurso interesante para una obra de teatro en la que no sólo se va a sentar y observar, sino que se interactúa con el público. 

Considero que la dirección es excepcional, que no hay detalle alguno que pudiera demeritar la actuación, que la escenografía es sencilla, pero porque apela a la imaginación de los asistentes 

Una obra diferente y excelente, sin más. ¡Si vas a verla, tienes qué recomendarla! Yo lo hago. no dejes de ir a verla!!