‘Andrómeda’ es un cortometraje recién estrenado por Guaca Visual, dirigido por Josema Mateos y David Pallarés, filmado por el cinematógrafo Alberto S. Alemán, e interpretado por Nazaret Aracil
‘Andrómeda’ se trata de un cortometraje cargado de metáforas y de referencias interartísticas. La primera metáfora en sí es la propia galaxia que da título a este trabajo cinematográfico, y que se encarna perfectamente a través del personaje de Ruth interpretado por Nazaret Aracil. Ruth pese a ser un personaje ficticio, no se aleja en absoluto de la realidad o de los conflictos internos que están directamente relacionados con la sociedad que vivimos.
La protagonista de ‘Andrómeda’ representa a una actriz que acaba de recibir el Premio a Mejor Actriz 2021, y que a modo de contraste, aparece sentada en los escalones del Teatro Capitol de Madrid comiéndose unos fideos ante un panorama solitario, desolador y de auténtica supervivencia.
La estética audiovisual del cortometraje no solo hace un guiño al cine clásico, sino que de forma simbólica acompaña a la psicología de Ruth. Ruth no puede más, necesita desahogarse e implícitamente, cuando llega a su casa y llama a alguien, somos el público quienes estamos al otro lado del teléfono escuchando qué problema tiene, y que a su vez tenemos los individuos que formamos parte de la sociedad de hoy en día.
En este caso, cualquiera puede sentirse identificado con una actriz que se siente fatal porque no está todo lo feliz que debería de estar, y que piensa que no está a la altura de lo que la gente se espera de ella. Ruth se encuentra en el climax de su crisis existencial en el momento en que recibe un premio y es reconocida por su trabajo, pero ella está sufriendo el síndrome del impostor después de todo el machaque interno que ha arrastrado hasta que le han concedido un premio por su trabajo.
De modo que la actriz no encuentra sentido a toda la carrera que ha llevado hasta llegar a su meta, o más bien, haber cumplido “su sueño”. De hecho, se cuestiona ella misma qué pasa cuando cumples esa meta, qué hay después y si de verdad merece la pena haber pasado por ahí. En efecto, se trata de un conflicto que nos lanza no solo haciendo referencia a su profesión de actriz, sino que también puede ocurrir en otras profesiones como puede ser la docencia. Una de las frases más explosivas de la encarnación personificada de la galaxia Andrómeda es que “todos los sueños que había idealizado se desmitifican, se convierten en pesadillas”.
El conflicto que padece Ruth se nos presenta con referencias cinematográficas, empezando por la alusión directa a modo de metacine con el plano detalle de las palomitas explosionando. También, se pueden apreciar similitudes con películas como ‘La Pasión de Juana de Arco’ (1928) de Carl Theodor Dreyer, a través del patetismo que caracteriza a penitentes y a mártires y que se puede visualizar tanto con María Falconetti como con Nazaret Aracil. Por otro lado, los temblores que representan a Ruth explosionando en nombre de la galaxia Andrómeda contra los espectadores de la Vía Lactea, presentan similitudes con el tornado de El Mago de Oz (1939) de Victor Fleming que sacude con todo.
La película presenta referencias artísticas en la escena en la que Ruth se está duchando, y el agua se convierte en un elemento expresivo más de todo su pathos interno. Además, Ruth representa una cariátide personificada que se está derrumbando en el plano que aparece duchándose vestida, en la cual se ha plasmado cinematográficamente la técnica de los paños mojados o humédos que caracteriza a las representaciones femeninas del arte griego.
Ruth continua manifestándonos en la siguiente secuencia con el teléfono, su insatisfacción constante y su hartazgo de necesitar siempre más. La segunda frase estrella de la actriz es: “Los sueños son metas estúpidas que nos ponemos para hacer nuestra vida más amena”.
Finalmente, ‘Andrómeda’ termina de explosionarnos con la siguiente cita de Ruth que se convierte en el puente entre el climax y el anticlimax: “Siento que he ido a toda velocidad para llegar hasta aquí. Que he pasado por encima de muchos momentos que me han hecho más feliz que esta noche. Ya no puedo frenar. Siento que voy a colisionar con todo”.
Esta reflexión que nos lanza el personaje de Ruth desde la (auto)destrucción más absoluta, supone toda una denuncia a los ritmos de vida tan acelerados, los cuales no permiten disfrutar de lo que haces por lo que se nos exige y que en consecuencia, nos acabamos autoexigendo y fustigando de forma excesiva hasta llegar al punto del autoboicot.
En la escena final de ‘Andrómeda’, Ruth aparece como si fuera Ofelia ahogada o sumergida en su catástrofe interna, mientras que está aferrada al móvil como elemento de comunicación con el exterior como señal de ayuda o de esperanza de salir de ese pozo, hasta que concluye en un fundido. El personaje hamletiano de Ofelia se convirtió en el siglo XIX en un personaje del arquetipo femenino de la famme fatale, y Ruth la última escena presenta similitudes con las Ofelias simbolistas de Odilon Redon y la de John Everett Millais pese a las diferencias entre las diferentes modelos retratadas.
/ Actor e historiador del arte en proceso de periodista cultural
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